lunes, 28 de noviembre de 2011

La (con)fusión

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Prisa aprovechó la entrada del grupo de inversión para renovar su identidad corporativa, probablemente en una estrategia de refundación completa de la propia compañía.
Mas esta circunstancia queda en mera anécdota en comparación con los durísimos ajustes que, desde la entrada de Liberty, ha tenido que acometer el Grupo.
Nuevo Logo y Claim de PRISA
La consecuencia más dolorosa ha sido la pérdida de 2.500 puestos de trabajo (casi el 20% de la plantilla) y la supresión del que hasta ahora había sido el orgullo de la casa y probablemente del periodismo español: CNN+. En el mismo paquete, vendido a Telecinco, fueron también Cuatro y casi una cuarta parte de Digital+.

No termina aquí la incertidumbre. Como en una trágica réplica de la crisis de deuda europea, el grupo español está instalado en la incertidumbre y forzado, desde fuera, a nuevos sacrificios, y ni aún acometiéndolos se garantiza la estabilidad de PRISA.




Grupo Mediaset España, nuevo imperio mediático
Pero volvamos a la macrofusión que, se supone, ha salvado a PRISA. Mediaset, propietaria de Telecinco (y no sólo, también del canal Divinity, la Siete o la agencia Atlas) compra el 80% de Cuatro, no sin problemas judiciales derivados de posibles problemas de competencia.
Se mantienen ambas cabeceras y, según aseguró Paolo Vasile, la idiosincrasia de ambas cadenas. Sin embargo, lo que se vendió como fusión tiene mucho de confusión: Programas que  pasan de una cadena a otra, presentadores que emigran, los citados problemas judiciales, marginación de las productoras que trabajaban para Cuatro y, sobre todo, un descenso en la cuota de pantalla de ambas cadenas. Telecinco pasa del 17,4 al 16,8 y Cuatro del 6,2 al 5,8. 
De modo que de las pretendidas sinergias, por ahora, nada. 

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