lunes, 27 de febrero de 2012

El precio de la verdad embargó a Stephen Glass


PR_15240212_Glass             Saray García Gozalbo
Stephen Glass es el protagonista de la película estrenada en 2003, 'El precio de la verdad'.
Glass se perfila como el ejemplo a seguir de todo profesional: destacó en su paso por la universidad siendo el director ejecutivo del periódico en ésta, y recién licenciado, The New Republic lo contrató mientras colaboraba ocasionalmente con revistas de la talla de Rolling Stones o Policy Review.
Durante los tres años y medio que Glass trabajó para The New Republic se caracterizó por su habilidad para manipular a sus compañeros por medio de halagos y atenciones. Además, su capacidad para inventar escenarios y personajes de forma milimétrica le hicieron merecedor de la simpatía de sus colegas y la confianza del director de la revista.

Stephen Glass/google.com
 Sin embargo, un reportaje titulado Hack Heaven, destapó la sarta de mentiras que Glass tejía a través de sus notas. El artículo trataba acerca de un joven de 15 años que había sido capaz de entrar en el sistema de una gran compañía llamada Jukt Micronics. La empresa, lejos de denunciarlo,  decidió contratar los servicios del adolescente a cambio de condiciones tan rimbombantes como una cuenta vitalicia en una revista erótica.
Por su parte, Adam Penenberg, redactor de la revista Forbes, intentó comprobar la veracidad de tan folclórico reportaje y no logró contrastar los escenarios ofrecidos por el periodista,  ni cualquier de los datos aportados por Glass quien reveló apesadumbrado sentirse engañado por las fuentes con las que había tratado.
El engaño se descubre cuando Charles Lane, director de la revista, deja de confiar en el redactor y le insiste para que lo lleve al escenario donde sucedieron los supuestos hechos narrados por Glass. Éste tras intentar salvar su imagen y credibilidad con versiones diferentes y un comportamiento enfermizo, acaba confesando el fraude del reportaje.
Tras éste, en 27 de los 41 artículos firmados por Glass se encontró material teñido de invención por el periodista. Inmediatamente fue despedido.
En 2003, Glass volvió a la esfera pública para promocionar ‘El fabulador’, novela biográfica con la que consiguió la notoriedad y patrimonio que desde el inicios anhelaba.


Citas: 
  • "El periodismo es el arte de capatar comportamientos": Stephen Glass
  • "Lane me ha castigado por la lealtad que te profeso": Sthephen Glass dirigiéndose al antiguo director de la revista The New Republic
  • "¿Sabes cómo se habría evitado todo esto? Con fotos
  • "Así no aspirarán a tanto, no querrás que nuestros adolescentes tengan úlcera". Supuesta declaración de la  profesora de Stephen, fruto de su imaginación.
  • "Tienes que saber para quién escribes": Stephen Glass

Conclusiones:

  • En el periodismo, la credibilidad no la aporta un título universitario ni una imaginación desbordante. El principio que no se debe dejar de lado es el respeto a la verdad y a los lectores.
  • El afán de notoriedad y la gula por el reconocimiento puede remover los valores de la profesión.
  • El comportamiento de Glass era enfermizo. Obsesivo en algunos casos. Para profesiones como periodismo, psicología o magisterio, la salud mental es básica para el ejercicio de la actividad. ¿Qué labor social puede ejercer alguien con la visión de la realidad quebrada?
  • De una forma u otra, Glass consiguió lo que pretendia con sus artículos: fama y dinero. No termina de ser ejemplarizante el caso del ex periodista.

viernes, 24 de febrero de 2012

Cardedeu y Elche, decanas en televisión local

Pr16_TeleElx      David Soriano


La directora de TeleElx, ConchiÁlvarez, estuvo dando una conferencia el pasado 22 de Febrero a los estudiantes de cuarto de periodismo de la UMH sobre la situación actual del medio que ella misma dirige. La segunda televisión local de España y la primera en la Comunidad Valenciana atraviesa por un momento complicado, ya que se han quedado fuera de la concesión de licencias para emitir en TDT, por lo que se tienen que conformar con hacerlo de manera ilegal, lo que ha supuesto una multa de medio millón de euros por parte de la Generalitat Valenciana a esta empresa ilicitana. Cuando salió el concurso para otorgar las licencias, esta televisión cumplía todos los requisitos necesarios, pero no se le concedió porque, según Conchi "en la Generalitat otros medios eran amigos de los encargados de otorgarlas". La directora se sentía frustrada porque ve en TeleElx el sistema de información de muchos ciudadanos de Elche, que se ven reflejados en este medio y quizá algún día tenga que dejar de existir, aunque la ponenete afirma que "no nos echa el mercado, nos echan los políticos"

Cardedeu es una ciudad barcelonesa de unos 17000 habitantes que cuenta con el honor de tener la primera televisión pública de España. En el año 1981, nacía la mítica Ràdio Televisió de Cardedeu. Su nacimiento se produjo en una comunidad autónoma con un fuerte componente nacionalista y los habitantes de esa localidad encontraron en su televisión local una forma de auto afirmarse en su identidad, ya que a las Televisiones Locales la define su rentabilidad sociocultural.

Pero su primera emisión fue un año antes. Aquel día de 1980 el teatro parroquial Esbarjo de Cardedeu se convirtió en el primer plató de televisión no gubernamental de España y más de un centenar de personas se reunieron para debatir el proyecto de RTVCardedeu.


Un año después de aquel acto, en 1981, y tras diversas pruebas de emisiones esporádicas, en Cardedeu se preparaba la inauguración oficial de la televisión de Cardedeu, pero una treintena de guardias civiles se presentaron en los locales de la emisora para clausurarla, pero a pesar de ello se inauguró de forma simbólica RTV Cardedeu con la presencia del presidente del Parlament.

Durante los meses posteriores, se recibieron centenares de adhesiones espontáneas al proyecto y RTV Cardedeu no dejo de emitir, a pesar de prohibiciones y cierres, y en la actualidad emite 25 horas de programación semanal.

domingo, 19 de febrero de 2012

Con fuentes ficticias las historias son lo que tú quieres que sean

PR_15240212_Glass             David Soriano Sanz


En el año 1998 la revista “The New Republic” vivió uno de los mayores escándalos periodísticos recordados hasta la fecha. Stephen Glass, un joven periodista, exigente y perfeccionista, salía del anonimato por publicar artículos falsos para dicha revista. Los relatos del redactor de "Highland Park" eran fantásticos, soberbios, pero sobre todo ilusorios e imaginarios, pues recibió el alago de muchas personas del mundo periodístico gracias a la invención de historias, con fuentes inventadas y creando escenarios sólo existentes en su mente.

Adam Penenberg, escritor en la revista digital “Forbes.com” fue el que inició las investigaciones sobre la veracidad o existencia de las fuentes de Glass, depués de leer “Hack Heaven”, el artículo que hablaba sobre un hacker de 15 años que penetraba con facilidad en las webs de grandes empresas y éstas querían contratar sus servicios. Dicha fuentes eran ficticias y aunque Glass intentó crear una coartada excusándose en el engaño de sus fuentes tuvo que reconocer que inventaba sus escritos. Finalmente, reconoció haber falsificado 27 de los 41 artículos de la prestigiosa revista.


Stephen Glass
Para Stephen Glass “son las personas las que cuentan las historias”. Él huía del periodismo político, intentaba darles un toque humano a sus artículos, pero quizá eran tan increíbles por la razón de ser creados en una realidad no existente.

Los directores deben proteger a sus redactores”. Glass no se cansó de repetirlo en sus estancia en “The New Republic”, quizá por temor a que sus jefes pusieran en entredicho la autenticidad de sus escritos, como finalmente ocurrió.
Portada de "The New Republi

A la redacción de la revista les exigían que comprobasen los posibles fallos de sus compañeros. Stephen era exigente con los demás, pero dice mucho de lo calculado que lo tenía todo el que fuera un periodista de otro medio y no del suyo propio el que le desnudara.

Los informadores crean el discurso periodístico gracias a las fuentes, que son de vital importancia para documentar los sucesos. Glass debió de pensar que lo que le ofrecían sus fuentes no era suficientemente importante o relevante para la opinión pública y escribió relatos que podían haber sido totalmente ciertos, pero que no supo encontrar objetivamente.

Forbes.com fue un ejemplo de trabajo bien hecho. En vez de tirar piedras al tejado de la competencia y lanzar rumores más que posibles pero no seguros (actos estos que cada vez ocupan más espacio en las páginas de las revistas o periódicos mundiales) dieron un ejemplo de ética, primero afianzando sus sospechas con duras investigaciones de campo y después publicando la información después de comentarla con los afectados. De ahí, que se pueda concluir que esas indagaciones se publicaron por ser relevantes y no por tratar de hundir a la competencia.