PR_15240212_Glass Saray García Gozalbo
Stephen Glass es el protagonista de la película estrenada en 2003, 'El precio de la verdad'.
Glass se perfila como el ejemplo a seguir de todo profesional: destacó en su paso por la universidad siendo el director ejecutivo del periódico en ésta, y recién licenciado, The New Republic lo contrató mientras colaboraba ocasionalmente con revistas de la talla de Rolling Stones o Policy Review.
Glass se perfila como el ejemplo a seguir de todo profesional: destacó en su paso por la universidad siendo el director ejecutivo del periódico en ésta, y recién licenciado, The New Republic lo contrató mientras colaboraba ocasionalmente con revistas de la talla de Rolling Stones o Policy Review.
Durante los tres años y medio que Glass trabajó para The New Republic se caracterizó por su habilidad para manipular a sus compañeros por medio de halagos y atenciones. Además, su capacidad para inventar escenarios y personajes de forma milimétrica le hicieron merecedor de la simpatía de sus colegas y la confianza del director de la revista.
Sin embargo, un reportaje titulado Hack Heaven, destapó la sarta de mentiras que Glass tejía a través de sus notas. El artículo trataba acerca de un joven de 15 años que había sido capaz de entrar en el sistema de una gran compañía llamada Jukt Micronics. La empresa, lejos de denunciarlo, decidió contratar los servicios del adolescente a cambio de condiciones tan rimbombantes como una cuenta vitalicia en una revista erótica.
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Stephen Glass/google.com |
Por su parte, Adam Penenberg, redactor de la revista Forbes, intentó comprobar la veracidad de tan folclórico reportaje y no logró contrastar los escenarios ofrecidos por el periodista, ni cualquier de los datos aportados por Glass quien reveló apesadumbrado sentirse engañado por las fuentes con las que había tratado.
El engaño se descubre cuando Charles Lane, director de la revista, deja de confiar en el redactor y le insiste para que lo lleve al escenario donde sucedieron los supuestos hechos narrados por Glass. Éste tras intentar salvar su imagen y credibilidad con versiones diferentes y un comportamiento enfermizo, acaba confesando el fraude del reportaje.
Tras éste, en 27 de los 41 artículos firmados por Glass se encontró material teñido de invención por el periodista. Inmediatamente fue despedido.
En 2003, Glass volvió a la esfera pública para promocionar ‘El fabulador’, novela biográfica con la que consiguió la notoriedad y patrimonio que desde el inicios anhelaba.
Citas:
- "El periodismo es el arte de capatar comportamientos": Stephen Glass
- "Lane me ha castigado por la lealtad que te profeso": Sthephen Glass dirigiéndose al antiguo director de la revista The New Republic
- "¿Sabes cómo se habría evitado todo esto? Con fotos
- "Así no aspirarán a tanto, no querrás que nuestros adolescentes tengan úlcera". Supuesta declaración de la profesora de Stephen, fruto de su imaginación.
- "Tienes que saber para quién escribes": Stephen Glass
Conclusiones:
- En el periodismo, la credibilidad no la aporta un título universitario ni una imaginación desbordante. El principio que no se debe dejar de lado es el respeto a la verdad y a los lectores.
- El afán de notoriedad y la gula por el reconocimiento puede remover los valores de la profesión.
- El comportamiento de Glass era enfermizo. Obsesivo en algunos casos. Para profesiones como periodismo, psicología o magisterio, la salud mental es básica para el ejercicio de la actividad. ¿Qué labor social puede ejercer alguien con la visión de la realidad quebrada?
- De una forma u otra, Glass consiguió lo que pretendia con sus artículos: fama y dinero. No termina de ser ejemplarizante el caso del ex periodista.