El pasado domingo día 20 de marzo, el diario Información, de la mano de su director Juan R. Gil, publicó una macro entrevista (de la que EL PAÍS se hizo eco)de cinco páginas al expresidente de la Generalitat Valenciana y Ministro en los gobiernos de Aznar, Eduardo Zaplana.
Cabe destacar una serie de preguntas que, por atrevidas, no suelen darse demasiado en entrevistas con políticos.
Desde el primer momento, J.R. Gil apela directamente a la supuesta responsabilidad -o corresponsabilidad- de entrevistado para con la situación económica en la que está sumida la Comunidad Valenciana:
• Sí, esta comunidad está peor que otras. Tiene la deuda más alta respecto a su PIB. ¿Eso es herencia suya, de su sucesor Francisco Camps o de ambos?
• ¿No cree que los ciudadanos merecen una explicación de cómo hemos acabado gastando el dinero en aeropuertos sin aviones mientras los colegios están sin calefacción?
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El expresident en un momento de la entrevista |
Eduardo Zaplana esquiva la pregunta hablando de las virtudes de todas aquellas inversiones, a lo que el director de Información, atónito, contesta:
• Pues tal como usted lo cuenta, no sé cómo hemos acabado así...
Las Cajas
• Ahora hemos perdido además los instrumentos financieros: Bancaja, la CAM el Banco de Valencia. ¿Cómo ha podido ocurrir?
Eduardo Zaplana echa balones fuera y señala los que para él son los responsables: los gestores de las propias cajas y el Banco de España. El entrevistador insiste:
• Pero también la Generalitat tenía labores de vigilancia. ¿No tiene ninguna responsabilidad?
El exministro alega que durante su mandato, ningún cargo de las cajas valencianas tenía carné de partido, a lo que Gil responde con otra pregunta:
• ¿Qué más da que tengan carné de partido o no, si se eligen por cuotas fijadas por los partidos?
Zaplana responde: "Que me conste, mi gobierno no influyó en la gestión de las cajas" y el periodista no puede evitar mostrar su indignación:
• ¿¡Que no influyó!? ¡Pero si quitaba y ponía presidentes y directores generales...!
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Juan Ramón Gil, director de Información |
• Además del paro y la quiebra económica, como le dije al principio la Comunidad también está en el epicentro de la corrupción. Y muchos de sus protagonistas fueron nombrados por usted.
J.R. Gil no se da por satisfecho y da nombres:
• Camps, Alperi, Lorente, Blasco, Ripoll, Castedo... Insisto en que a muchos los nombró usted.
El punto álgido de la entrevista
Lo que sigue es la reproducción exacta de las últimas cinco preguntas de la entrevista, el momento más tenso de la misma y donde reverdecen lo que parecen ser viejas cuitas personales:
• ¿Y esa falta de sentido crítico de las elites empresariales y sociales no la agudizó precisamente usted con el intervencionismo y el control radical que aplicó en todos los ámbitos durante su gobierno?
"Eso no es verdad. Con mi gobierno hubo más debate que nunca. Usted mismo tenía un número considerable de lectores y era crítico y esos lectores le seguían..."
• Hombre, estamos en un Estado democrático. No podía usar la censura previa. Pero sí utilizó recursos públicos, ya que lo cita, para atacar a los periódicos que no controlaba, como los que forman parte de este grupo.
"Rechazo esa percepción. Ustedes también tendrían que hacer examen de conciencia de esa época. No hablaba de la publicidad ahora…"
• ...Eso es utilizar recursos públicos para sofocar la crítica...
"Pues será mi apreciación, que es subjetiva, pero yo mantengo que soy el presidente que menos ha intentado controlar e influir en los medios. Sólo hay que escuchar lo que decían casi todos, los años posteriores a mi marcha".
• ¿Lo piensa de verdad?
"Estaré equivocado, pero lo pienso. He sido el presidente más criticado, el más fiscalizado por los medios, el más vigilado. Y eso sí que es un hecho objetivo. Y he actuado siempre con transparencia, sin ampararme en otros ni esconderme cuando tomaba una decisión, ni para bien ni para mal. En el Gobierno siempre se cometen errores, pero no tengo la percepción de haberlo querido controlar todo ni de haber perseguido a nadie".
• Pues yo sí, se lo aseguro.
"Pero es una idea subjetiva suya, fruto de una coyuntura difícil, en la que a lo mejor faltó flexibilidad por todas las partes. La relación de la política con los medios nunca es neutra y siempre se vive con mucha intensidad y pasión. Ahora, yo he respetado siempre la crítica y la libertad. Pero eran otros tiempos y hoy una de las cosas que más me satisface es recuperar afectos y poder ir con la cabeza bien alta. A un político se le puede juzgar de muchas formas. Yo creo que la más objetiva es ver cómo estaban las cosas cuando llegó y cómo las dejó al irse. Yo goberné en medio de una gran tensión y con etapas de crisis y de bonanza; tuve de todo. Pero me siento muy orgulloso del balance".
Lejos de la impertinencia de otros profesionales, Juan Ramón Gil hace una entrevista valiente, atrevida, sin cortapisas ni tabúes.
Mi enhorabuena.
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